Aunque Draculaura vive con su padre en el castillo de Drácula, en Transilvania, en ocasiones se quedan a pasar la noche en una mansión no muy grande en Monstruópolis. El otro día, en el instituto, Holt estropeó sin querer el espejo especial para vampiros que tenía Draculaura, un espejo mágico en el que los vampiros sí se pueden reflejar. A cambio, Draculaura le ha dicho a Holt que debe pintarle el salón de su casa de Monstruópolis de color rojo sangre para alegrar al Conde Drácula. Si no lo hace, Drácula le chuparía la sangre por romper el carísimo espejo para vampiros de su hija. Así que Hoy Holt se ha llenado las manos de pintura roja después de haberse pasado el día pintando, además de haber contado con la ayuda de su querida Frankie. Además, Holt se ha propuesto ayudar a Draculaura con los deberes durante una semana. Draculaura ha aceptado, para compensar su falta de pulso. ¡Y cómo agradecimiento, la vampiresa le ha concedido a Holt un nuevo disco de remixes monstruosos! Holt se puso contentísimo y lo agarró a toda velocidad para llevárselo a su casa y escucharlo, dándole igual tener las manos manchadas de pintura roja. ¿Qué opinará Jackson de toda la faena que le cayó a su alter ego?
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